domingo, octubre 3

Una guitarra por demás desafinada, un frío alquimista que todo transforma en hielo, una canción que de movida esta arruinada y un autestima ya muy adherida al suelo. Las esperanzas guardadas en un cajón, no tienen filas yo que mas le puedo hacer. Y me resulta imposible sacarlo de mi cabeza, un camino de ida y vuelta que termina en la cerveza. Ideas que vuelan pero que nunca aterrizan, metáforas como cuentos sin moraleja. Del quinto piso esta chistandome una vieja que como yo ya se olvido de las sonrisas. Un verso triste que me acaban de vender y los zapatos que me aprietan el talón. Y tengo miedo a equivocarme, a sufrir ser lastimada. Equivocarme es algo humano pero amarte es un pecado.

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